Cuando nos encontramos en una situación de codependencia puede ser peligroso porque si continúa atado emocionalmente a una persona negativa, su
vida se desbarata, porque tiende a vivirla desde la anormalidad del
otro. Eso es precisamente codependencia. Y el tratamiento es el
desprendimiento emocional. Los pasos para ese desprendimiento son:
1) Tomar conciencia del problema. Es darse cuenta de que está
atada emocionalmente. ¿De qué manera me doy cuenta? Cuando el problema
me envuelve todo el día y no dejo de pensar en él, cuando estoy siempre
buscando la forma de resolverlo. Es decir, cuando mi mente, mi cuerpo,
mi energía, están en función de una situación que atañe a otra persona, y
no lo puedo evitar. Estoy viviendo en función de otra persona, y esto
es desgastante, negativo, improductivo.
2) La determinación de una recuperación. Voy a recuperarme, cueste lo que cueste. Así tenga que curarme del amor, o del desamor.
3) Buscar ayuda. Espiritual y terapéutica. Porque, toda persona
que se enrede en una atadura no está bien psicológicamente, y mucho
menos lo está, quien se deja enredar. O sea que en este paseo hay dos
enfermos: el que enreda y el que se deja enredar.
Aunque busque ayuda terapéutica, sin ayuda espiritual nadie puede lograr
el desprendimiento emocional. Porque, los que son padres, saben cuan
doloroso resulta separarse de un esposo y hacer el desprendimiento
emocional correspondiente, cuanto más con un hijo. Resulta desgarrador.
Dios es el Único que puede ayudar a pasar ese dolor. Al terapeuta se va
una vez. Dios, en cambio, permanece siempre con nosotros, día y noche.
Solo Él puede ayudar a desprenderse y sana la herida producida por el
maltrato.
Recuerde: no hay amores genuinos hasta que no exista un amor
propio verdaderamente sano. Si no nos amamos a nosotros mismos, no
podemos amar a nadie y todo lo que demos a los demás será dañino,
neurótico; solo servirá para ayudar a crecer la anormalidad de la otra
persona.
El desprendimiento no se da de un día para otro, tarda mucho. Pero poco a
poco se va logrando. No gaste su vida en cosas ajenas que no puede
resolver, o que no le corresponde hacerlo. Esto no es falta de caridad.
Mejor dicho, sí es falta de caridad (amor) con usted misma. !Buena!
Usted que se pasó el día y la noche, y tal vez la vida entera, ayudando
inadecuadamente a una persona.
Esto significa que a la primera persona que usted tiene que ayudar
adecuadamente, es a usted mismo, o a alguien que esté atado
emocionalmente. Porque la persona codependiente, o la persona
controladora, o la persona salvadora, tiende a actuar así con todo el
mundo, y nunca deja un espacio para ella. Para cuidarse, para
respetarse, para tenerse en cuenta, para decir no. Siempre tiende a
subirse en el tren de cualquiera que esté mal. Esto demuestra su baja
autoestima.
El remedio está, pues, en valorarse y en aceptar que por mucho que usted
haga, no puede evitar el comportamiento inadecuado de la otra persona.
Solo esa persona puede hacerlo y, casi siempre, dispone de los medios
necesarios. Solo tiene que buscarlos. Solo tiene que querer hacerlo.
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