Esta
es una obra maestra de George Carlin, comediante de los años setenta, quien
sorprende por la elocuencia del siguiente escrito:
“La
paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y temperamentos
más reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista más estrechos. Gastamos
más pero tenemos menos, compramos más pero disfrutamos menos. Tenemos casas más
grandes y familias más chicas, mayores comodidades y menos tiempo. Tenemos más
grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor
capacidad de juicio, más expertos pero más problemas, mejor medicina pero menor
bienestar.
Bebemos
demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reímos muy poco,
manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos
cansados, leemos muy poco, vemos demasiada televisión y oramos muy rara vez.
Hemos
multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores. Hablamos
demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente.
Hemos
aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Añadimos años a nuestras vidas,
no vida a nuestros años. Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos
dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el
espacio exterior, pero no el interior.
Hemos hecho grandes cosas, pero no por
ello mejores.
Hemos
limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma. Conquistamos el átomo, pero
no nuestros prejuicios. Escribimos más pero aprendemos menos. Planeamos más
pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar.
Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla,
pero nos comunicamos cada vez menos y menos.
Estos
son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombres de gran talla y
cortedad de carácter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas
superficiales. Hoy en día hay dos ingresos pero más divorcios, casas más
lujosas pero hogares rotos. Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables,
moral descartable, acostones de una noche, cuerpos obesos, y píldoras que hacen
todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar. Son tiempos en que hay mucho en
el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede
hacerte llegar esta carta, y en que tú puedes elegir compartir estas
reflexiones o simplemente borrarlas.
Acuérdate de pasar algún tiempo
con tus seres queridos porque ellos no estarán aquí siempre.
Acuérdate de ser amable con quien
ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejará de ti.
Acuérdate de abrazar a quien tienes
cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón, sin que te
cueste ni un centavo.
Acuérdate de decir te amo a tu
pareja y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente. Un beso y un
abrazo pueden reparar una herida cuando se dan con toda el alma.
Acuérdate
de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día
esa persona ya no estará contigo.
Date
tiempo para amar y para conversar, y comparte tus más preciadas ideas.
Y
siempre recuerda: La vida no se mide por el número de veces que tomamos
aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.”
Autor: George
Carlin
Nació
en Nueva York, el 12 de mayo de 1937. Fue un cómico de Stand-up Comedy, actor y
figura de la contracultura. Tras haber grabado veinticinco discos, catorce
especiales de la HBO, publicado cinco libros, haber participado en varias
películas y protagonizado su propia serie de televisión, Carlin murió el 22 de
junio del 2008 a causa de un fallo cardíaco.
¿Que opinas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario