jueves, 6 de octubre de 2011

Steve Jobs (1955-2011)


Articulo tomado de: 
http://www.blog2.com.ar/index.php/2011/10/05/cual-es-la-genialidad-de-steve-jobs/
Por Martín Parselis


Jobs, como tipo que hace mucho, es objeto de miles de críticas de todo color. También, como todo tipo que hace mucho, es idolatrado. La muerte es inapelable. Y suele ser el momento en que recordamos más y ponemos todo en perspectiva (más, cuanto más cercana la sentimos). También es el momento de construír los mitos. Pero en este caso el mito ya estaba construído, y a diferencia de otros, con mucha racionalidad.
Si los dispositivos son mediadores de la cultura, Steve Jobs es un gran referente cultural.
Siempre me pareció que la campaña “Think different” tuvo el acierto de sintetizar el espíritu de Apple. Un espíritu que tenía la impronta personal de Steve, metiendo su naríz en cada uno de los detalles. Y los detalles en ningún caso son secundarios.
Alguien se acordará del System 6 con sus menúes escritos en tipografía “Chicago”, o una “Helvetica” que, además de ser perfecta, era parte de los fonts del System, sin descuidar una elegantísima Apple Garamond Light que era la forma con serif con la que se escribía el propio nombre Apple. Para algunos nada de esto es importante cuando se espera que una computadora simplemente procese. Para otros, esto una de las tantas muestras de que la tecnología no puede considerarse solamente como algo instrumental y bajo estrictos parámetros de eficiencia técnica, porque al lado de ella estamos nosotros, humanos, quienes hacemos experiencia y tenemos algún tipo de aproximación estética del mundo.
Ese mismo espíritu nunca pudo ser replicado por ninguna marca y ningún esquema de software libre. Todas las aproximaciones están lejos. Lejos de la experiencia que no frustra, lejos del goce estético (visual, sonoro y funcional), y lejos de considerar a estos dispositivos como socios de nuestras ideas más que como meros medios impersonales.
Apple es una empresa que gana dinero, aunque no siempre fue así. Ha sufrido crisis, quiebras, y ha evolucionado como tantas otras empresas. Otro componente del espíritu Apple es cómo se gana dinero. Estamos acostumbrados a escuchar discursos acerca de la administración “profesional” de las compañías, tips para emprendedores, escuchar al cliente, grandes inversiones en management, y tantos otros conceptos que parecen ser la receta del hombre de negocios exitoso. Think Different también se aplicó a los valores básicos de Apple: lo que piense el mercado no es importante, sino ofrecer productos de excelencia que probablemente el mercado ni siquiera sea capaz de pedir o imaginar. El dinero se gana cuando lo que se hace es bueno, desde todo punto de vista, y no cuando se genera una compañía en función de lo que piden los clientes aunque eso sea una porquería. Jobs siempre valoró más la excelencia que la rentabilidad, y una cosa le trajo la otra.
Pero la excelencia puede manifestarse en productos maduros, o en productos que nunca antes habían llegado a manos de la gente. Y este último caso es la otra mirada del Think Different: cada nuevo dispositivo fue una revolución. Desde aquella Mac que se presentó hablando sola a principios de los 80 con un sisntetizador de sonido cuando una PC tardó muchos años para que pudiera soportar una simple placa de audio, hasta que un iPhone comienza a hacer realidad la integración de los dispositivos con el lenguaje natural, cada producto ha marcado caminos, creado nuevas categorías, y más importante aún, han abierto las fronteras de posibilidades de lo que cada uno de nosotros pudo hacer con ellos. Y esto de modo muy profundo.
Sistemas cerrados, incompatibles. Tuvo que afrontar la explosión del Open Source (que comparto conceptualmente), que se hace vivo en hardware y software. ¿No pudo? ¿no quiso? ¿fue necio?, no lo se, pero no creo que sea condenable por eso. No haber ingresado en el código abierto ¿lo indiferencia del resto de la industria?, tenía mucho con qué diferenciarse. Tema aparte.
La informática no fue inventada por Steve Jobs. Muchos genios matemáticos, electrónicos, ingenieros, hackers, y científicos de diversas disciplinas contribuyeron a que tal cosa exista. Pero ninguno nunca estuvo ocupado en lograr una síntesis tan acabada entre lo funcional, lo estético, y la experiencia de cada uno de nosotros como usuarios. En alguno de los tuits relacionados con su muerte leí algo así como “si Jobs no hubiera existido, pensá si ahora estarías haciendo esto” y otro relacionado en cómo lo estarías haciendo.
Jobs cambió nuestra relación con los dispositivos, y nos dio la posibilidad de que también pensemos diferente en términos de valores, objetivos, y qué significa la tecnologáa informática en nuestras vidas. Todo esto gira desde los años 70 en torno a Apple como referente. Todo lo demás son discusiones de mercado o de éxitos comerciales, que juzgo absolutamente irreleventes frente a estos conceptos. Jobs cambió el modo en el que comprendemos las tecnologías, y también cambió muchísimo de lo que no se ve, entre hardwares, softwares, protocolos, estándares, etc.
Jobs es inagotable. Pero tal vez lo que más me impresiona es el modo en el que pudo hacer la síntesis entre tantas dimensiones. Los negocios son un aspecto, es un ejemplo concreto de que los demás aspectos importan, y si bien esto era parte de su visión, espero que en Apple esta cultura pueda seguir en desarrollo, del mismo modo que espero que nosotros, los usuarios, sigamos exigiendo ese nivel de excelencia funcional, estética y experiencial que marcaba a Apple en las eras Jobs.
Considerando el modo en el que se entienden los negocios actualmente, creo que recordar a Jobs como un millonario o un hombre de negocios exitoso es desprestigiar su figura. En mi caso lo recordaré primero como un gran ingeniero/artista con gran sensibilidad para comprender profundamente los cambios que se produjeron los últimos años, y con la rectitud de garantizarnos la confianza y la mejor experiencia que podamos tener con “eso” que son los artefactos. @grmadryn tuiteó una afirmación pesada: “De la mente de #SteveJobs nacieron obras de arte, expresadas en la forma de dispositivos tecnológicos”

Jobs en alguna medida cambió el mundo, nada menos. 


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