Esta frase, así como esta ansiedad, la mayoría de nosotros no solo la padecemos con nuestros hijos, sino que sin lugar a dudas nuestros padres la padecieron con nosotros. Quien no recuerda a mamá obligándonos a permanecer sentados hasta terminar la sopa, no importa si se enfriaba o se cuajaba y sino pues en la cena lo mismo o cualquier otra forma de “tortura” que ideaba.
La ansiedad y miedo de que tu hijo padezca algún trastorno alimenticio y que por ello no coma, difícilmente estará bien fundamentada.
Con frecuencia se observa que niños con problemas de obesidad, tienen padres ansiosos de rellenarlos de comida, así como niños delgados en un nivel de crecimiento promedio cuyos padres estén seguros que lucen “muy flacos”.
Si te encuentras en estos casos, te recomiendo visitar al pediatra para que lo revise a conciencia para descartar cualquier problema de salud y en caso de que no exista tal problema, hazle el favor al niño y hazte el favor tu mismo papa ó mamá de dejar de fastidiarlo con esta obsesión que puede ser muy peligrosa para la salud, pues es menos peligroso que no coma a que coma de más.
No se puede forzar a los ritmos de la naturaleza, hay niños con horarios digestivos diferentes al del resto de la familia, se recomienda dejarle comer hasta que tenga hambre, claro esto no quiere decir en convertirse en mesero o mesera de 24 hrs.
Hay que ir poco a poco conciliando la “hora de comer” con la “hora de sentarse a la mesa todos”.
Para esto puede ayudar revisar si el niño no se esta atiborrando de comida chatarra a deshoras con el fin de normar y estructurar el horario alimenticio, esto es mucho mejor que morir de la ansiedad. ¿no crees?
¿Tu qué opinas?
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