Equilibrar el trabajo y la familia es la lucha diaria de toda persona que debe satisfacer las demandas, a menudo contrapuestas, de ambas esferas de su vida. La ausencia de soluciones eficaces a este problema no sólo afecta a la familia, sino también a las empresas a través del ausentismo laboral, la baja productividad, el incremento del estrés, entre otros efectos. Las condiciones de trabajo del futuro tendrán que resolver las tensiones entre los viejos paradigmas y las nuevas realidades y crear una cultura que refleje las características de la fuerza laboral actual. En la medida en que las compañías reconozcan y respondan a las necesidades familiares de sus empleados, desarrollarán estrategias para armonizar el trabajo y la vida familiar.
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