jueves, 15 de septiembre de 2011

El trabajador virtuoso

La hipocresía de trabajar sin tegua para disfrutar de la vida puede que sea obvia para algunos, pero no para todos. Recuerdo que en casa se nos hizo ver, no se si intencionalmente, que éramos privilegiados y afortunados por tener la casa que teníamos, vestir la ropa que vestíamos y gozar del respeto que inspirábamos en el barrio. Sentíamos a flor de piel todos los esfuerzos y energías que mi padre empleaba para darnos aquel nivel de vida. Para ser sincero, no creo que mis padres fueran concientes de la intensidad con la que nos transmitían esos valores.

Recuerdo las fiestas de cumpleaños de mi infancia. Siempre estaban bien organizadas y los invitados lo pasaban en grande. Mi padre estaba presente la primera hora, pero luego se escabullía porque tenía que hacer una importante llamada telefónica o terminar un pedido urgente. Que trabajara tanto,  me permitió a mi recibir año con año regalos increíbles: La mejor bicicleta, un televisor para mi habitación, los mejores vieojuegos, etc.  Sonará a esterotipo, pero por más que yo agradecía aquellos regalos, hubiera querído con mucho tener a mi padre allí, participando activamente en mi fiesta. (tomado del libro: "El hombre que confundió el trabajo con su vida".

¿Cuantas veces no hemos escuchado a dicho algo similar?  Es nuestra oportunidad como padres de familia de cambiar ciertos valores que la vida del siglo XXI nos ha impuesto, es hora de que los padres de familia luchemos contra el consumismo que impulsa a TENER y a dar objetos materiales a los hijos como simbolo de cariño y nos volquemos a organizar nuestro tiempo de tal manera que junto a nuestros hijos trabajemos por SER.  Y eso es muy sencillo solo requiere tiempo, comunicación y mucha mucha diversión.

¿Tu que opinas?

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